domingo, 14 de agosto de 2011

¿Cuándo te dejaré ir?

Una razón más para desaparecer...
Últimamente las cosas tratan de acomodarse por otros rumbos...y no son lo que quiero ni espero.
No sé qué piense de mí..si para él sólo soy la chica que debe "cubrir los huecos" o hacer otros más.

Ayer soñé en él...uno de tantos en el universo y quizá nadie para mi consciente cansado....
Y aún no me explico porque la proyección de lo onírico resulta más interesante y casi perfecto que mi triste realidad...
Si lo veo en lo "real" mis sentidos no colapsan, más bien se apaciguan como las aguas en los ríos fríos y casi reposan en lo eterno de una charla.
No me pierdo en sus ojos o sus palabras casi frías...más bien me envuelvo en lo vacío o profundo que puede resultar una palabra suya...
No provoca nada en mí despierta, sólo espera para atacarme por las noches, dejando atrás mis miedos casi reales.
¿Lo dejo, no lo dejo ir? ¿Lo quiero o lo quiero querer?

Quizá sólo sea mi miedo ya irracional al amor...a lo que significa entregar de nuevo todo el ser sin ataduras o temores.
Lo hice una vez...no hace mucho tiempo.
Lo hice una vez y con toda la ilusión de alguien que no esperaba más que un beso por recompesa, el cual nunca de los nuncas llegó.
Aún lo espero...ya veo llegar septiembre y las hojas naranjas de los árboles...el segundo otoño de mi vida sin él.
No lo quiero dejar, no lo quiero olvidar. A pesar de haberme dejado cuando más lo necesitaba.
Por su recuerdo aún guardo luto...Por su querer aún guardo el corazón.
Es por eso que no quiero dejar entrar a alguien más...
Creo que es la condena que involuntariamente castiga el pecado de la cruda distancia...

Quizá él ya me olvidó o está en ese proceso...quizá en algún instante de sus días piense en mí...
¿Te dejo ir? ¿cuánto más apuestas que dura mi dolor?

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