martes, 28 de septiembre de 2010

La última mirada..

La última mirada

Aun así me miraste, aun así voltee la mirada para seguir tu rastro de lindura
Aun así sonreíste,  aun así deje libre de la cárcel de mi sueño un natural suspiro ingenuo.

¿Qué hacer para mirar más allá de tus ojos?
¿Qué estrella robarme para que recuerdes este instante?

¡Por favor! Dame una palabra tuya, regálame un poco de tu luz, acaricia un pétalo de mi aura y haz de este instante un recuerdo de agua que fluya eternamente entre nuestras mentes.

Ya sé que no me conoces, ni yo creo conocerte a ti, pero esta fuerza tan extraña de quererte encerrar solo un poco entre mano y mano, me da la sensación de querer vivir en tus pupilas y morir una y otra vez en tus labios.

Y así continúa cada parte de esta historia, donde vives dentro del mundo que yo misma he creado y que con cada paso tuyo vas construyendo enormes montañas de palabras que quisiera decirte a distancia.
Suelto cada pétalo de la flor de mis mañanas y levanto cada ¿“me quiere?” para guardarlo entre mis cabellos negros.
Levanta tu mirada al cielo gris de la madrugada. Están llegando por fin los colores que anuncian tu partida entre la lluvia.


¡Anda ve! Que aquí te espero, desde el primer momento en que mi corazón latió, cuando vio que tú pasabas…
Y así te vas…te marchas…un jueves de junio por la mañana.

.21

viernes, 24 de septiembre de 2010

Insomnio

“Insomnio”
Estoy aquí, sin poder conciliar el tan ansiado sueño.
Cierro los ojos y sólo percibo tus recuerdos…
Vuelvo a dar vueltas en mi cama. Trato de liberarme de tu nombre, de tus ojos, de tu cabello, de tu fragancia, pero, no puedo!
Tu fantasma yace en cada rincón de mi piel, tu voz inunda mis oídos de extrañas melodías que me apartan de la realidad.
Miro hacia la ventana, y las siluetas de extrañas formas son testigos mudos de una silenciosa y amarga agonía que me consume sin que nadie pueda hacer algo.
La madrugada fría y húmeda es más triste que otras veces, e involuntariamente está siendo compañía de esta triste alma mía.
Quiero olvidar definitivamente todo lo tuyo, ya no seguir alimentando a la memoria con tristes palabras y versos.
¿Descansarás tranquilo, mientras yo en mi insomnio muero?
Respiro profundo y lloro. Me he atrevido a maldecir el día de marzo en que te conocí., he caído ante los brazos de la desesperación.
Toco una vez más mi rostro con angustia, miro el reloj y me doy cuenta de que aún no amanece.
Escucho a lo lejos el vacío, y me siento más sola que nunca. Ahora es que me haces más falta.
Afuera las gotas sobrantes de lluvia, armoniosamente se resbalan por doquier seduciendo al tiempo…
Y tal vez, tú tan tranquilo reposas entre la oscuridad de la noche. ¿No escuchas nada? ¿No sientes temor alguno?
Pienso ingenuamente que aún me extrañas. Que aún piensas en mí, aunque te muestres distante e indiferente.
Imagino que por las noches antes de dormir, has de lanzar un suspiro al viento y retienes un instante más de vida, con la esperanza de vernos una última vez, aunque sea para nuestra despedida.
Por fin siento llegar la paz a mi habitación. Y en este amargo desvelo, aprisiono un último suspiro para liberar mi alma y anestesiar mi corazón.
Ojalá estés tranquilo, y que por las noches, puedas dormir serenamente.
Y por ahora, es momento de buscar la calma del cuerpo y un lugar para los sueños que no duran una sola noche.
Es hora de cerrar los ojos, abrir los brazos y dejar caerse ante la nada.

22.07.10