sábado, 21 de mayo de 2011

Buenas tardes desconocido

Transcurría el mes de octubre, aún recuerdo el día en que lo vi pasar frente a mí con ese aire tan encantador que me envolvió al instante.
Soy de las personas que ilusamente sueñan despiertas y construyen historias en el aire, siempre había imaginado el momento perfecto en el que conocería a aquel ser que me hiciera sentir viva, sin ni siquiera mirarme, hablarme, amarme…
Esa tarde caminaba sobre la calle Juárez; recuerdo que escuchaba música melancólica para amenizar mi tarde de suspiros y recuerdos. Esperé a que la luz del semáforo se iluminara de rojo para seguir mi caminata, cuando a lo lejos lo vi. Era un tipo con un no sé qué que me atrajo desde el momento en que lo vi. Alto, delgado, con barba un poco abundante y ojos grandes, oscuros y preciosos, los cuales permanecían llenos de vida detrás de esos grandes anteojos.
Inexplicablemente mis sentidos colapsaron y algo en mí sabía que ese ser era especial, tal vez “era para mí”.
Volviendo al momento y tiempo en el que estaba, no hice nada, no avancé como las demás personas y esperé a que él se acercara un poco más.
Mis manos comenzaron a sudar y sentía cómo mi respiración se convertía en el galope veloz de un caballo.
Él no hizo nada más que pasar frente a mí y regalarme una sonrisa. En mí surgió la gran necesidad de preguntar aunque fuese solo el nombre…
Me invadía terriblemente la duda, quería saber más de él…algo en su mirada me decía que él era a quien he buscado… el “correcto”.
También pensé que era inútil y absurdo, y que él se sentiría intimidado por si acaso me acercaba sin aviso para cuestionarle algo.
Después de dos segundos, me dejé vencer por la segunda opción, así que la historia termina aquí. Decidí guardar en la memoria,  un recuerdo de su imagen y sonrisa y las ganas de conocer su nombre.
Nunca más lo he vuelto a ver, no sé donde está.
¿Y si le hubiera preguntado su nombre? , ¿Estaría con él en estos momentos?

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